respira.
Tomate el tiempo para tranquilizarte.
No tomes decisiones precipitadas.
Siempre te equivocarás.
Créeme, tengo experiencia en ello.
Conserva la calma.
Si no la tienes, búscala.
Ve dentro de ti y siéntela.
Sí, a veces sucede...
puede haber alguien dispuesto a herirte.
A minar tu autoestima.
A hacer lo posible para que pierdas la confianza en ti mismo.
Tal vez pretenda hundir tu embarcación.
Solamente le asusta que llegues demasiado lejos.
Nada más.
Quizá se sienta perdido si te pierde de vista.
Tal vez seas para él una referencia
y no sea consciente de ello.
Y finalmente nada tiene la trascendencia que le damos.
Todo pasa. Lo malo también.
Créeme.
Te lo digo y me lo digo a mí misma.
Y recuerda que los juicios no son más que etiquetas
que pone nuestra mente.
Ella teme porque su naturaleza es el temor.
Y necesita tenerlo todo bajo control.
Y también a ti.
Pero la de tu corazón es el amor.
Depende de ti dónde eliges estar.
Cómo eliges vivir.
Si como un esclavo del miedo o libre.
Respira.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Es una reflexion muy importante la que has hecho,un beso
ResponderEliminarMe alegra que lo veas como reflexión, Celia. Gracias.
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