-Hola, Pepe.
-Qué sorpresa tan grata.
-Lo mismo digo... aunque nos vimos la semana pasada.
-Bueno pero la semana pasada era la semana pasada y esta semana es esta semana.
-Mira, nunca hubiera llegado sola a esa conclusión tan lúcida.
-¿Y cómo estás, aparte de sarcástica, amiga?
-Pues resulta que no sé porqué razón me viene todo el tiempo a la cabeza la palabra “distorsión”… Me persigue hasta en sueños.
-¿distorsión o contorsión?
-Distorsión.
-¿No será extorsión?
-No, distorsión.
-¿Y si fuera construcción o distracción?
-¡Que no, que es distorsión!
-No, mujer, para nada. No soy persona de hacer juicios… Intento vivir y dejar vivir.
-Y a propósito de juicios… ¡Ya ves tú! ¿qué falta me hacía que me saliera, y precisamente ahora, la muela del juicio, que llevo toda la vida sin él… digo sin ella?
-¿Y qué tal te ha ido?
-Pues ya lo ves, por aquí ando, apañándomelas...como tantos.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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