Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

9 oct 2017

DESMITIFICACIÓN DE MITOS

Una preciosa mañana de otoño, le pregunté a un caballito de mar por nuestro amor y él me respondió:

“Anda, déjame de sandeces que hoy tengo cita con el dentista… Ya ves lo que puede preocuparme lo que tú sientas por quien sea.”

¡Lo que son las expectativas!… Nunca imaginé que un caballito de mar podría ser tan insensible y responder de esa forma tan desagradable y a una mujer enamorada.

Ya me pasó anteriormente con un unicornio que afirmó importarle un bledo mis sueños. Me dejó chafada, como una bolsa de papel después de venir cargada con la compra del súper.

Nota:
En fin, la próxima vez que necesite preguntar a alguien por nuestro amor, lo haré al motor de la nevera... y a esperar a que conteste.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Caballito de mar ensimismado, seguramente pensando en su cita con el odontólogo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario