Sobre la tierra amada.
Como dragones
Triste desastre.
Por la mano del hombre
tan inconsciente...
Y los lamentos
para la eternidad
de nuestras almas.
Maltratadores
de nuestra propia madre.
Imperdonable.
Cuanta conciencia
todavía dormida
o casi muerta.
Fe y esperanza.
Oración por sus almas.
Y un Aleluya.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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