Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

25 ago 2016

INDECISIÓN

¿Subir o bajar?
¿Entrar o salir?
¿Es el corazón el que debe decidir
o la cabeza la que debe sopesar?
¿Qué camino tomar?
¿Debería lanzarme sin pensar
o pararme a reflexionar?
¿Existe el mañana
cuando el hoy te reclama?
Entre pensamiento y pensamiento
se evapora el tiempo.
Envuelta en dudas e incertidumbre,
entre análisis y consideraciones
se pierde la belleza del momento.
La vida es corta.
¡Y un día, un suspiro!

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Kees Van Dongen. (Holanda. 26 enero/1877-Mónaco. 28 mayo/1968)

2 comentarios:

  1. Buenísimo poema y tan certero es el mensaje, yo peco en muchos momentos de mi vida de ser indeciso...pero supongo que es un rasgo de mi personalidad..Un fuerte abrazo y que descanses.

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    1. Todos alguna vez, o muchas, somos víctimas de esa indecisión propia, David. No creo que debiéramos considerarla pecado... humana sí.
      Gracias. Un abrazo.

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