“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
5 abr 2017
MUCHOS AÑOS DESPUÉS
Uno le dijo al otro:
-¿Recuerdas, compañero, que te advertí que nos volveríamos a ver más adelante?
-Lo recuerdo. Y, precisamente, apareces como caído del cielo, pues me vendría genial que me hicieras un favorcito. Tal vez en estos momentos podamos solventar aquello que entre ambos quedó pendiente. Ya que antes no tuvimos tiempo o yo no tuve ganas y se hizo tarde para arreglar lo nuestro. Porque claro, andaba ocupado en otros menesteres y, aunque fueran de poca importancia, no podía entretenerme en conversar contigo amigablemente, aún sabiendo que con ello daría paz a tu espíritu.
-Podría ser, podría ser. Pero si antes era tarde, ahora… imagínate.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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