“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
17 jun 2016
TRASTORNO DE IDENTIDAD
Aprendió a decir “cuau”
y a caminar pegando saltos.
No se reconocía
ni reflejado en los charcos.
Siempre incomprendido,
pobrecito.
De su inseguridad
los demás se reían,
pues le veían dudar y dudar.
No se identificaba
ni con las aves
ni con los mamíferos.
No tenía claro
si prefería correr por el campo
o nadar en el agua de los ríos.
Y el amor le vino a salvar.
“Cuau”, exclamó,
cuando advirtió
la bella presencia de una estrella,
una noche primaveral.
Tras ella se fue volando.
No era perro, ni pato.
Era simplemente un ángel
con un cuerpo extraño.
Digamos… original.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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