Sus caras no eran mi corazón.
La apariencia de la belleza
no es lo mismo que el amor.
Manos y miradas diversas sin versos,
no calman la sed de dentro.
Ni arropan los sentimientos
que quedan fríos y desvalidos.
Si vas en dirección contraria a la felicidad
no podré alcanzarte nunca,
por mucho que corra.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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