“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
22 jul 2017
EL DOLOR HUMANO
-¡No puedo más, no puedo más, no puedo máaaaaaas!
Ha sido estremecedor. He sentido una compasión infinita por esa desconocida. Quería acercarme y abrazarla con toda mi alma pero estaba en su burbuja de dolor y no he podido hacerlo. No existía nadie ni nada más a su alrededor. Estaba sola con ese dolor que necesitaba sacar.Y al intentar ir hacia ella, me he quedado parada... no he sido capaz.
Caminaba con gran dificultad, por momentos se tambaleaba, se apoyaba en la pared, como si le pesara enormemente la vida. Entonces la he oído decir:
-...Ponerme de pie, delante de todo el mundo... Hacerme eso a mí, Dios mío... ¡No puedo más, no puedo más!¡NO PUEDO MÁS!
He inferido que regresaba agotada del trabajo, en donde a tenor de este comentario, se ha debido sentir humillada, incomprendida, tal vez víctima de una situación injusta y, sobre todo, muy sola. Pudiera ser que estuviera pasando por uno de esos momentos en la vida en que, desgraciadamente, confluyen diversas circunstancias que te sobrepasan.
Una tristeza inmensa me ha sobrecogido. Y lo más duro es que me he visto reflejada en ella, afortunadamente, en un tiempo ya pasado.
Yo sé lo que es no poder más. Alguna vez, en situación límite, también lo he repetido en voz alta, pero en la soledad de mi casa. Ella lo gritaba a pleno pulmón. Supongo, y esto en parte me tranquiliza, que eso le ha servido para aliviar algo su desesperación.
Hoy me siento agradecida por lo todo lo bueno que tengo en mi vida, como vosotros, por ejemplo. Gracias por estar ahí.
Buenas noches a todos.
Que tengáis un espléndido fin de semana.
Ángeles Córdoba Tordesillas
GRACIAS a ti. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarOtro para ti.
EliminarAlguna vez me he sentido así...
ResponderEliminarUn relato duro, pero real. Me ha gustado mucho. Gracias.
Abrazos.
Muy real, Chema.
EliminarYo creo que muchos de nosotros, en algún momento nos hemos sentido así. Espero que, en tu caso, tuvieras alguien cerca que te diera comprensión y consuelo.
Un abrazo y gracias, amigo.
Gracias