Dentro.
Caen las gotas de una lluvia sutil.
Rodeada de silencio.
Llueve.
Todo queda empañado.
El futuro se ha convertido en pasado.
Y, mientras, tus palabras se mojan
y se rompen.
Árido desierto,
dentro de un charco,
reflejo del cielo gris.
Se desprenden de mis ojos,
como hojas de un otoño
que llegó demasiado pronto,
lentas lágrimas.
Llueve.
La lluvia cae sin compasión.
Y lo empapa todo
de desnudez.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
¿Vale con que diga que es precioso? Me matas de emoción
ResponderEliminarVale. Que mueras no me vale.
EliminarGracias, Manolo.