Antes de la flor y de la raíz.
De la gallina y del huevo.
Tú existías ya en mi corazón.
Como una pequeña posibilidad,
una chispa de luz brillante,
un anhelo latente.
Y después,
cuando todo desaparezca,
se esfume,
como un pensamiento liviano,
como el humo de la lumbre,
quedaremos tú y yo,
mirándonos frente a frente.
Siempre.
Igual que si el tiempo no hubiera pasado
y la Vida no hubiera jugado
el juego de la vida, con nosotros.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Amor más allá del espacio y del tiempo. Conmovedor.
ResponderEliminarAmor que perdura en el tiempo y en el espacio.
EliminarGracia, Raúl.
Que profundidad, este poema parece dedicado al creador. Me ha gustado.Un abrazo
ResponderEliminarPues no sé qué decirte. Cada uno hace su lectura. Si tú lo sientes así, así será para ti. Gracias, Celia.
EliminarOtro abrazo.
El amor en estado puro, poema inmenso Ángel, un tesoro, se lo leeré a Ciara dentro de unos años...un abrazo y feliz lunes.
ResponderEliminarGracias, David. Me alegra mucho que te haya gustado. No creo que tengas que leérselo a Ciara, porque dentro de unos años, seguramente, lo leerá ella misma.
EliminarOtro abrazo para ti.