La admiración de la gente envidiosa.
Tragarte un trolebús.
La admiración de la gente envidiosa.
Que se declare un incendio en el edificio donde vives
y te pille en pijama.
La admiración de la gente envidiosa.
Hacerte famoso y haber tenido un pasado sentimental.
La admiración de la gente envidiosa.
Dar tu número de móvil a una compañía de seguros.
La admiración de la gente envidiosa.
Salir de viaje y dejar la llave de tu piso al vecino.
La admiración de la gente envidiosa.
Aceptar una cita a ciegas a través de Internet.
La admiración de la gente envidiosa.
Tumbarte a dormir la siesta en la vía del tren.
La admiración de la gente envidiosa.
Ver la última factura de la luz,
después de una intervención de corazón.
La admiración de la gente envidiosa.
Bañarte en alta mar con diez banderas rojas.
Pero de todas estas cosas, la más peligrosa:
La gente envidiosa.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
La gente envidiosa puede ser lo más peligroso, porque suelen tienen capacidad de hacer daño. Te pueden admirar secretamente, seguro que lo hacen (aunque se cuidarán muy mucho de decirlo o se quedará en una adulación falsa y afectada) y te odian más cuando más te admiran. Mozart versus Salieri.
ResponderEliminar...Por ejemplo. O García Lorca versus Miguel Hernández.
EliminarLástima de estas miserias nuestras, propias de la naturaleza humana. Hay que convivir con ellas pero cuesta. Aunque todo se puede llegar a entender, comprenderlo es más complicado.
Gracias, Manolo, por comentar.
La envidia es un mal muy español , ademas aqui no queremos ser mas que los demas , queremos que los demás sean menos que nosotros , un beso
ResponderEliminarBien expresada esta triste verdad, no sé si solamente española, internacional o mundial.
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