¡La lluvia, por fin!
Entre las casas.
Lavando
la calles estrechas,
con anchas aceras.
Avenidas resbaladizas.
Prohibidos
tacones de aguja.
Agua en los portales.
Ríos bajando por las
alcantarillas.
Charcos de medio palmo
de altura.
Resplandor en el asfalto.
Balcones mirando.
Tarde de domingo.
Cerradas las tiendas.
Sólo la belleza
permanece abierta.
Coqueta, de fiesta
se viste
para su cita romántica.
Bajo las luces de las farolas
se fusionarán
dos siluetas.
Y el amor
seguirá entonando
su canción hermosa.
Esa vieja canción…
que todos escuchamos
en alguna edad.
Agua en los portales.
En los cristales
de los coches,
En las gafas
de los que observan.
Paseantes solitarios
soñadores, poetas,
salen a inspirarse.
Ya va anocheciendo,
la ciudad,
en un domingo de enero.
Y las mentes se limpian
de emociones.
Lluvia, llanto.
Llanto de todos.
Patrimonio
de la humanidad.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Fotografía de Olivia Malva. |
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