Y los espejos, a veces,
reflejos
de lágrimas difusas.
Un día te marchaste
y sentí tantas cosas
que no he podido contarlas
en mil versos escritos.
Dejaste el rastro del silencio
gritando tu nombre
a todas horas.
Y entonces mis oídos
se cerraron, para siempre,
a la locura.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Marc Chagall Pintor francés de origen bielorruso (7-julio-1887/28.marzo.1985) |
Precioso el poema de amor. Y la pintura de Chagall, fabulosa.
ResponderEliminarGracias, Manolo. El poema es de amor y Chagall enamora.
EliminarNada ni nadie se va dwl todo , a veces vuelve con el eco del recuerdo que parecia olvidado, pero vuelve nuevo y mas fuerte y sino vuelve el olor de su sombra nos hace extremecer en el silwncio de la noche
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Jesús. Nada ni nadie se va del todo...
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