Cuando llega el momento en que se necesita descansar, la partida puede ser reconfortante para todos, a pesar de la tristeza de la despedida .
Ella se fue con la misma elegancia que vivió, y ante la presencia y compañía de su hija, mi prima, dejándole una gran paz en su corazón.
Antes de que termine el día, quiero dedicarle estas líneas y esta rosa blanca, como recordatorio, deseándole el mejor de los viajes.
Hasta siempre, tía.
Ángeles Córdoba Tordesillas
Precioso y emotivo el recuerdo a tu tía Milgros.
ResponderEliminarPequeñito homenaje. Tengo previsto en otro momento dedicarle otro escrito más extenso, hablando de cómo era.
EliminarGracias, Manolo.
Muy bonita y tierna la dedicatoria a la tia Milagros. La rosa, preciosa tambien.
ResponderEliminarLa última hermana en irse, de esos ocho hijos que tuvieron nuestros abuelos. Para mí era un vínculo familiar, muy querido, con nuestro padre y ellos. Ahora nos quedan nuestros primos...
EliminarLa rosa blanca como símbolo de un alma buena, es lo primero que me vino a la mente pensando en ella.
Un beso, Celia.