Dejar que la luz de la mañana te sorprenda,
recordando los sueños de la noche.
Hacer planes sencillos.
Conversar de inquietudes comunes con amigos.
Compartir tiempo y emociones.
Qué maravilloso es estar vivo.
Cambiar interiormente con el cambio de estaciones.
Decidir qué deseas hacer y dónde estar.
Sentir la libertad de ser el dueño de tu cuerpo,
de tus sentimientos, de tu historia.
Y respirar, y amar, y abrazar…
Sonreír a cada persona aún sin conocerla.
Permitir que los animales te dulcifiquen el alma
con una simple mirada.
Emborracharte con la pasión de cada instante.
Y terminar el día agradecido,
por todo lo que has tenido oportunidad de disfrutar.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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