Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

5 sept 2017

COMPAÑÍAS DE SEGUROS: ELIGE BIEN

-Ay qué disgusto tengo... Que la compañía de seguros de mi vecina no me paga por los perjuicios personales ocasionados y los desperfectos causados en mi techo. Me han hecho perder energía, tiempo y dinero.
-¿No será Helvetia?
-Exacto. ¿Cómo lo has adivinado?
-Experiencia tengo con ellos…
-Después de haber tardado tres meses y medio en venir a ver qué pasaba, sin explicación ni justificación alguna, hoy me dicen pío, pío, que nosotros no hemos sido. Claro, ya la humedad se ha secado hace tiempo... No será por las veces que les hemos avisado… Y ahora que nanay, dicen, que no sueltan un chavo, o sea un euro. Yo, por eso, estoy encantada con Mapfre, en cuanto les das aviso, vienen rápido a ver el desastre. Ésta sí que es una buena compañía. Ojalá se cambie a ella, mi vecina, algún día.
-Pues yo con Generali, de toda la vida. Son serios y formales. En cuanto llamas por un siniestro, acuden raudos a ver qué ha pasado y sin excusas de por medio, arreglan todo lo averiado y se cercioran de que se haya hecho lo mejor posible el trabajo.
-Eso tengo entendido. Incluso alguien me comentó que aparecen antes de que suceda lo imprevisto. O sea, unos portentos al tanto.
-Así es. Yo estoy la mar de contenta con esta empresa. Y tengo entendido que también Santa Lucía es de las buenas. Y Axa, otra que es fenomenal. Pero no las he probado y yo me quedo con la mía, desde luego, que la conozco y me trata de maravilla.
-¿Generali has dicho?
-Generali. La recomiendo.
-Menos mal que hemos sabido escoger nuestras empresas de seguros para sentirnos seguras. Y sin tener la misma, ambas estamos contentas, por algo será. Pues se trata de dar con gente honesta.
-Eso mismo, amiga. Es importante la experiencia, porque palabras bonitas tienen todos pero a la hora de la verdad, algunos responden y otros no y, tristemente, te pueden complicar la vida un montón.
-Para muestra, esta pesadilla que he vivido, tantos problemas que me ha causado el incidente y al final, no se hacen responsables de él. Ahora, yo voy y lo cuento, para que otros se apliquen el cuento, porque también me gustaría que alguien me aconsejara en el momento de decidir si no tengo conocimientos al respecto.
-Haces muy bien, usando la libertad de expresión a la que tienes derecho.
-He dicho. Y sólo les he mencionado una vez, porque no me quiero ensañar ni hacerles publicidad pero desde luego, ni yo he quedado conforme ni su cliente satisfecha con ellos, que andaba reclamándoles por la tardanza en responder, tres meses y medio después, no es de recibo, creemos. En todo lugar trabaja gente honrada, y no dudo que también en dicha compañía, pero la gestión ha sido infame y no digo ya la decisión que han tomado con respecto a mi percance. Que les vaya bonito, incluyendo al perito… Pero la gente tiene derecho a saber lo que le puede suceder si se encuentra en mi lugar, alguna vez. ¿Nos tomamos un café?

Ángeles Córdoba Tordesillas


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