Luego llegó a la conclusión de que podía resultarle más rentable vender media alma…
Nada más tendría que encontrar algún diablo que se la comprase.
Ángel Córdoba Tordesillas ©
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Mariano Rajoy? Asi se llama el personaje?
ResponderEliminar¿Mariano Rajoy?... ¿Por qué? En absoluto, Adolfo. Creo que nadie podría acusarle de algo así.
EliminarLos personajes de mis relatos son fruto de mi imaginación.
Un saludo.
Y la corrupción no sólo se limita al ámbito político, por desgracia.
EliminarLas almas grandes y generosas, se prestan se entregan, para fines grandes.
ResponderEliminarLas almas grandes también pueden equivocarse y tomar decisiones que las empequeñezcan momentáneamente y, con el tiempo, rectificar. Almas humanas, almas susceptibles de caer pero también de levantarse y andar.
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