Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

12 may 2016

PRACTICANDO EL “CORRUPTING”

Su alma era tan grande que no cabía en su casa y pensó en alquilar la de al lado.
Luego llegó a la conclusión de que podía resultarle más rentable vender media alma…
Nada más tendría que encontrar algún diablo que se la comprase.

Ángel Córdoba Tordesillas ©


5 comentarios:

  1. Mariano Rajoy? Asi se llama el personaje?

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    1. ¿Mariano Rajoy?... ¿Por qué? En absoluto, Adolfo. Creo que nadie podría acusarle de algo así.
      Los personajes de mis relatos son fruto de mi imaginación.
      Un saludo.

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    2. Y la corrupción no sólo se limita al ámbito político, por desgracia.

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  2. Las almas grandes y generosas, se prestan se entregan, para fines grandes.

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    1. Las almas grandes también pueden equivocarse y tomar decisiones que las empequeñezcan momentáneamente y, con el tiempo, rectificar. Almas humanas, almas susceptibles de caer pero también de levantarse y andar.

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