con esta separación ilusoria?
Mis brazos se caen del peso,
por sostener la desesperación.
Llámame.
¿A quién vamos a engañar
más que a nosotros mismos?
¿Se puede ser soñador sin sueño
que soñar?
Escucha los lamentos de cada hora
que transcurre con laxitud.
Y este corazón desolado se asoma
por el puente de la soledad,
y no te ve llegar todavía,
y siente el impulso de saltar.
Llámame.
¿A qué estamos jugando amor,
que no estamos jugando
al juego del amor?
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Es precioso tu sentido poema de amor. Y la música que lo acompaña, excepcional.
ResponderEliminarGracias, Manolo. Me alegra que te lo haya parecido.
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