y a quien no desprecio por sus defectos.
Pero había demasiado ruido alrededor y muchos intereses.
Cuando una persona deja de ser tu amiga
no tiene porqué convertirse en tu enemiga.
Las decisiones se toman de forma condicionada, muchas veces.
Así sucede en nuestras vidas. No siempre nos pertenecen.
Que la tuya sea feliz.
Ángeles Córdoba Tordesillas
Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado, esta misma tarde. |
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