A veces, me gusta bajar de ella y contemplar de cerca el paisaje, los animales, a los niños felices… Soy afortunada por poder ir subida sobre su lomo, a cualquier parte adonde vaya mi pensamiento y adonde me lleve el corazón.
Más tarde, a última hora, he regresado para descansar una noche más en la seguridad y tranquilidad que me brinda, esta pequeña y revoltosa nube, alejada del bullicio, desde la que cada día puedo dirigirme a vosotros y enviaros mis mensajes y expresiones de afecto.
Gracias por estar ahí, siempre, cada vez que miro. Me siento enormemente feliz al veros. Sois la mejor compañía. Os deseo mucha salud y felicidad.
Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario