Que soy el camino pisado, huella de paso, sin destino cierto.
Reúno las fuerzas suficientes para perdonar
el pecado del abandono; ése que te alejó de mí.
Ahora recuerdo todo aquellos lamentos que me recitaste al oído,
noche tras noche. Y yo rezando para que se callaran para siempre.
Ahora siento, sola, en mis entrañas, ese dolor compartido.
Cara a cara con tu ausencia, frente a este inhóspito silencio,
despoblado de sentido.
Al final de este largo día, me reconcilio con ese recuerdo.
E imagino que allá donde estés, si continúas estando y sintiendo,
hoy, día de tu cumpleaños,
también tendrás un pensamiento benévolo y de afecto, hacia mí.
Te felicito por haber nacido.
Sigas o no sigas vivo…
A estas alturas, créeme cariño,
saberlo, ya es lo de menos.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
No se si la felicitación es real, o no...pero la estrofa final me encanta ;)
ResponderEliminarLa felicitación es real, Chema. Lo dudoso es que llegue a su destinatario. Pero nunca se sabe...
EliminarGracias, me alegro de que haya sido de tu agrado esa última estrofa.