Por la soledad herido.
Entre la multitud de horas, caminas.
Y lento, te abrazas a ti mismo.
No te conozco y te invento,
cualidades y talentos.
Alrededor de mi figura,
como mi sombra alquilada.
No te compraré todavía.
Ahorrar,
para mañana tener la tristeza
vagando por mi versos,
no es intención de mi poesía.
Hasta hoy, todo ha sido temblar
y temblar.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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