por mucho que los dos queramos volver a atrás.
No hay cola de pegar que pueda unir dos mitades,
si una de ellas se ha roto en mil pedazos más.
Puede que el amor siga intacto,
incluso las ganas de amar.
Pero la confianza no se recupera.
Siento mucho la tristeza que te pueda causar.
No es rencor, ni venganza, ni deseos de dañarte.
Es el corazón el que habla, después de haber llorado tanto…
Él tiene siempre la última palabra.
Es el verdadero dueño de los sentimientos.
Y a pesar de que pienses que todo podría ser magnífico,
no se borra el pasado con un proyecto de futuro,
por muy prometedor que nos parezca a ambos.
Llega un momento en que no es suficiente arrepentirse.
Hiciste lo que hiciste, amor… Recuerda que te fuiste.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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