Dejamos que nos causen tanto daño…
Que el sufrimiento nos cale hondo,
permitiendo que la tristeza se instale dentro
y se ponga cómoda.
Damos tanto poder a lo intrascendente,
a lo banal, a lo endeble…
Tanto valor a lo que no lo tiene…
Tanta fuerza a la mentira…
Que nuestra verdad, a veces,
se siente desvalida,
desarropada por nosotros.
Ángeles Córdoba Tordesilllas ©
Es cierto, le damos demasiada importancia a cuestiones fútiles e intranscendentales.
ResponderEliminarY mira que nos lleva años de vida, el comprender que no todo es tan trascendente como lo percibimos...
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