-¿Cómo has tardado tanto? Llevo dos horas esperando para dormirme.
-Hija, estaba alternando un poco.
-Mamá ya no se dice alternar.
-¿Ah no? ¿Y cómo se dice entonces?
-Pues relacionarse socialmente…
-Bueno, pues estaba relacionándome socialmente.
-Pues con las personas que había abajo, en el salón, de mi edad.
-Mamá, tienes ochenta y dos años…
-Que no había abajo nadie con tu edad.
-Pues parecía la más joven de todos. No he parado de bailar y de divertirme. ¡Yo creo que hasta he ligado!
-¿Y no estás cansada? ¡Creía que no ibas a subir nunca!
-Pues no mucho la verdad. ¿Por qué iba a estarlo? Estamos de vacaciones.
-¿Porque nos hemos levantado a las siete para ir de excursión y no hemos parado de andar en todo el santo día…? Yo desde luego tengo los pies molidos. Bueno, el cuerpo entero ¡y mañana de nuevo tendremos que madrugar para visitar las dichosas cuevas!
-¡Hija, cuánto protestas! Total, por unos cuantos kilómetros y algo de ajetreo… Parece mentira con lo joven que eres…
-Ya estamos, con el “parece mentira”. Mamá, no soy tan joven voy a cumplir los cuarenta y cinco.
-Huy hija, cómo me lo estás poniendo para hacer la rimita.
-¡¿Qué vas a peinar tú, con cuatro canas que tienes?! ¡Sabrás tú lo que son canas… ¡Por cierto voy a desenredarme un poco la melena!
-¡Pero bueno, ¿cuándo te vas a acostar? ¿Es que no puedes parar?!
-Ya va, ya va… Me estoy preparando para dormir.
-Pues a ver si es verdad, que estoy que me muero de sueño y no apagas la luz ni a tiros.
-¡Qué expresiones tienes, hija! Parece mentira… Cualquiera diría que te has educado en un colegio de monjas.
-¡Ay mamá, dónde estarán ya las monjas!
-Pues yo me lo he pasado de maravilla en el baile. Para una vez que voy a un hotel tengo que aprovechar a relacionarme un poco socialmente, como tú dices. Debo hacer nuevas amistades…
-Sí, sí, lo que tú digas.
-Así, de vez en cuando, podemos quedar, una vez estemos en nuestros respectivos lugares, a tomar un café, ¡o a lo que surja…! con alguien que conozcamos aquí.
-Mamá, si tú no puedes tomar café. Siempre has dicho que te ponía como una moto cuando eras jovencita, conque imagínate ahora…
-Ay hija, a todo le sacas punta. Pues una infusión, ¡total lo mismo da!
-Vale… ¡¿Pero cuándo te acuestas... por el amor de dios?!
-Ahora mismo. Ya me queda poco.
-Pero mamá, ¿cuánto es poco?…
-¡Ay por dios! ¡Si parece que estás batiendo huevos!
-Hay que dejarla bien limpia... Por ahí parece que había uno que me miraba mucho…
-Estoy recogiéndome el pelo. Me pongo los bigudíes…
-¡Pero mamá, que hoy no dormimos!
-Hija, ¡pues duérmete tú! qué estás de pesada… No sé a qué esperas. ¿Por qué no te has dormido ya?
-Si no puedo, con el escándalo que armas para hacer cualquier cosa… Me acuerdo cuando era pequeña que me despertabas dos horas antes de irte de casa, con tus trajines y tus preparativos. Mira, es que me descomponía…
-Tienes el carácter fuerte como tu padre.
-Ya estamos. No sé yo, si me voy a arrepentir de haberte traído a este viaje...
-¿Cómo? O sea, que encima que te dejo que me acompañes…
-¡Pero mamá!... ¡Eres el colmo!
-Sí, como mi padre… ¡Que yo no sé como podía aguantar tanto el pobre…!
-Porque me amaba locamente
-Y tan locamente… porque desde luego, debe ser la única forma posible de amarte.
-¿A que enciendo el transistor para dormir?
-Desde luego, mamá, eres única; toda la vida amenazando…
-Anda, anda, no protestes.
-¿Y cuando terminas?... ¿Te queda mucho?
-¡Ay, que no! Ya termino.
-¿Pero qué haces abriendo el armario otra vez?
-Qué pesadita hija…estoy preparando la ropa que me voy a poner mañana.
-¿Y no sería mejor que la preparases mañana?
-Porque mañana estaré medio dormida cuando me levante y no sabré lo que elegir.
-La que estaré dormida seré yo, ¡pero enteramente dormida! no a medias ¡Madre mía!
-¡Huy, adónde te mandaría yo…! Por favor hazlo mañana.
-Que no. Que ahora estoy inspirada.
-Por dios mamá, que no vamos a la Pasarela Cibeles.
-Ya, pero para unos días en que puedo lucirme un poco.
-Vale, haz lo que quieras, me rindo, pero termina pronto te lo suplico
-¿Qué miras debajo de mi cama?
-Las medias que no las encuentro. ¿A que me las has cogido tú sin darte cuenta?
-Sí, ahora soy cleptómana… no te digo.
-Bueno me tomo las pastillitas y listo.
-Un pis y hale, a la cama.
-¡Ojala! Bendito momento. ¿Llegará?
-Como te gusta chincharme…
-Encima. ¿Y eso qué suena ahora, qué es?
-La cisterna que parece que se ha atascado.
-Hija, qué poca paciencia, con una anciana…
-Eso, ¡¿ahora eres una anciana?!
-Venga que me acuesto… ¡Ay, que no me he echado la crema! Normal con esta presión que me estás metiendo, se me olvidan las cosas…
-Buenas noches hija, que descanses.
-Ay sí, que lo necesito de verdad. Y descansa tú también… de ti misma
-¡Qué poquito has salido a mí, hija! Parece mentira…
-Afortunadamente, afortunadamente. Buenas noches, mamá querida.
-¡Mamá! Te has dejado la luz encendida.
-ZZZ…RRRRRRRRRRRR…ZZZZ…RRRR
-Lo que me faltaba, ¡encima ronca!
-No lo puedo creer… ¡Ay, pobre de mí! ¡¡¡¡¡Y me quedan seis días y seis noches, con ella!!!!!
Ángel Córdoba Tordesillas ©
Veo tantas similitudes con las hijas y las mamás de esa edad que conozco....., que a veces me da por pensar : ¿Terminaremos siendo todas iguales? tanto mamás como hijas??.
ResponderEliminarEl tiempo lo dirá.
¿Chi lo sa?, como dicen los italianos.
Me has arrancada más de una carcajada. Genial, me hace falta reirme.
¡Qué gracioso!... Pues, ciertamente, lo más probable es que tengamos más similitudes con ellas que diferencias... Como decía algún refrán: Con cien años todos calvos. En este caso sería más apropiado: Todas las madres con dentadura y las hijas parecidas a sus padres. Gracias por tu ocurrente comentario, Arantza. A todos nos viene bien reírnos. Es de las pocas medicinas que no tiene contradicciones ni efectos secundarios.
EliminarPues yo también he soltado una buena carcajada,más que nada,por que se asemeja mucho a mis eternas discusiones con mi mami,que también es de armas tomar...pero la adoro.
ResponderEliminarMe alegra que te haya resultado divertido y algo familiar, Fatima. Gracias por comentarlo.
EliminarMe iría de vacaciones con la madre... Buenísimo, Ángel. A la altura de tu nube.
ResponderEliminarFrancisco, tengo entendido que para esta temporada tiene su agenda completa de nuevos acompañantes... Veremos para la próxima. Te tendré informado. Gracias, de su parte, y de la mía, por tan halagador comentario
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