“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Fabuloso lo que has escrito. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Celia. Me alegra que te haya gustado.
EliminarLa enfermedad y yo viejas conocidas...
EliminarAhh cómo conocemos a viejas compañeras cuando aparecen, normalmente sin que nosotros las llamemos.
EliminarQué hermoso puedes escribir corazón.
Muchas gracias, Manolo. Qué hermoso puedes leer...
EliminarComo de costumbre...otra reflexión magistral acerca de la enfermedad, el dolor, la vida y la muerte. Un fuerte abrazo y feliz lunes.xx
ResponderEliminarQué generoso en tus comentarios, David. Msgistral poco pero reflexiva, mucho.
EliminarGracias.