“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
10 abr 2016
DON PLEONASMO, BUEN ANFITRIÓN
Y con su amable amabilidad, me permitió entrar dentro y salir fuera, al jardín, con mi propio cuerpo.
Pude, con toda libertad, sentirme libre y jugar a juegos.
Cuando me sentí acalorada por el calor me permitió que subiera arriba, para poder refrescarme y quedarme fresquita con una buena ducha.
Luego bajé abajo y regresé al salón principal para reunirme junto con el resto de invitados.
Creo que me encanta esto de poder satisfacer mi necesaria necesidad de pleonasrmar, al menos una vez al año, anual, sin pecar.
Lo volvería a repetir todo pues es totalmente gratis pero me callaré la boca. Por hoy es suficiente, no quiero que nadie piense el pensamiento de que mi cabeza está hueca por dentro.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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