“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Yo tambien estoy de acerdo contigo.
ResponderEliminarQué bien. Pues no construyamos más muros. Es bueno ver el horizonte...
EliminarMe han clavado una flecha de abandono que me ha dejado mal herido, Tengo pocas posibilidades de sobrevivir esta en un lugar donde yo no puedo acceder, la poca vida que me queda no la puedo desperdiciar, en rencor .
ResponderEliminarEsa poca vida la uso pasa pedir ayuda a gritos ...
Haces bien, Jesús. El rencor es tan dañino que lo que hace es acortar nuestra vida o volverla de mala calidad. Es mejor dejar que el tiempo nos cure esas heridas a las que no podemos acceder o no sabemos curar.
EliminarJesús, y si te sientes tan mal, pide ayuda profesional.
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