Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

26 dic 2016

LA PEQUEÑA ERIKA

Erika es
como un personaje de cuento.
A veces hada, a veces duende,
otras princesa...
Vestida como bailarina,
parece que danza
cuando camina.

Su imaginación es desbordante
y sus besos, como caramelos, dulces.
Pinta, juega, ríe,
no se cansa de estar despierta.

El día se le hace corto,
y la noche llega,
y todos sus muñecos
desean dormir con ella.

Vuela, sin que te des cuenta.
Se va lejos y luego vuelve
y te recita de memoria
a todos sus parientes.

Ve más allá de los rostros.
Tal vez, las almas
de los que tiene cerca,
tras sus gafitas de color chicle,
con su mirada atenta.

Con esos ojitos bellos,
entre azules y verdes,
de expresión serena,
¡me recuerdan tanto
el brillo de las estrellas!

Yo sé que en su corazón de niña
guarda a un genio y a una artista.

Ya la quiero y mucho, a Erika,
que es mi pequeña gran amiga
y un precioso regalo
que me ha hecho la vida.

Ángeles Córdoba Tordesillas  ©


Así me ve Erika (Cinco años de edad, recién cumplidos)

2 comentarios:

  1. Estoy convencido que Erika tiene madera de una gran artista !! Me han emocionado tus palabras en forma de poema, dedicadas a ella. Un fuerte abrazo hermanita.

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  2. Es que eres un corazón sensible andante, David.
    Muchas gracias por el comentario. Erika es un amor absoluto, ni más ni menos que mi benjamina, tú ya sabes a quién me refiero, ¿verdad? Son angelitos en La Tierra que hemos de cuidar.

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