-Te dije una y mil veces que retiraras el cable de
la fortuna de ahí que te ibas a tropezar con él con
la mala pata que tienes... Y mira, ahora, escayolada para un mes. No es forma de terminar el año pero nunca me haces caso. Recuerdo cuando te tocó en aquella rifa, aquél jamón ibérico de sabor inigualable, por cierto, y te desapareció de tu cocina, sin haberlo podido catar siquiera, por no haberlo escondido bien, como te aconsejé. O cuando se te rompió de forma misteriosa, ese jarrón tan valioso que te regalaron en tu
viaje de boda, que colocaste en el recibidor, y se me enganchó con el cinturón del abrigo, sin tú darte cuenta, y te produjo tal desazón el verlo roto en el suelo, y en mil añicos, que casi se me cae, después, el alma a los pies, habiéndote advertido de que ése no era sitio… ¿Quieres que siga?
-No. Es suficiente. No me gusta que me recuerden mi “mala suerte”. ¿Supongo que te habrás acordado de comprar ese
décimo de lotería que te encargué, tan buen amigo que eres? Hay que intentarlo, una y otra vez, no me doy por vencida fácilmente.
-Pues… ehhh, ¿te has dado cuenta de que ha bajado mucho la temperatura de repente?...¡Y feliz navidad!
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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Gracias, Celia, por compartir conmigo este décimo. |
Feliz Navidad y que no pases frio. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Celia. Feliz Navidad, para ti también.
ResponderEliminarNo, sólo lo justo y necesario. Un beso.