Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

17 dic 2015

LA CARTA

Querido primo segundo, por parte de padre:

Por aquí todo bien, a excepción de algún problemilla de poca importancia, nada que deba preocuparos.

He contratado los servicios puntuales de una escribidora, por eso de no saber juntar tres palabras seguidas en el papel, pues ya sabes que lo mío es el oficio de la carpintería. Por esta razón, no podré explayarme a mis anchas, como sería mi deseo, en esta misiva, que será por tanto más sucinta que nunca, ya que la señora que ha venido hoy a realizar este labor, es su primera vez conmigo y tengo poca confianza con ella, tirando a nada, porque a la otra agotada la dejé de tanto escribir -ya sabes cómo me engancha esto de las letras que hasta estoy pensando, muy en serio, comenzar a aprender el gracioso arte de la escritura-.

Mis hijos se crían fuertes y sanos y bla bla bla. Madam Nicolasa, que así se llama la escribidora, dice que se cansa, que todavía no ha almorzado y ya son las tres, así que iré terminando.

Ah y dile a quien proceda, que lo que estoy tomando no es anís, sino una limonada dulce y natural, pues soy abstemio y ando con algo de gastroenteritis -el hábito del tabaco continúa- así que, a pesar de mi semblante, de amodorrado nada. Y a los admiradores de esta maravillosa pintura en la que me encuentro, que me gustaría saber si les asombra, tanto como a mí, la magistral técnica del autor, el color y textura de la madera de estas sillas, sus respaldos, esas tachuelitas (remaches)... con lo difícil que es conseguir esos efectos, cualquiera que tenga algo de experiencia con los pinceles, lo sabrá.

Se despide de ti, con el mismo cariño de siempre, y con su puño y letra -firmar si sé, no vayas a creer... - el que suscribe.

Recuerdos afectuosos al resto de la familia… Y todo esto en francés, porque estamos en La France, de principios del siglo veinte, y no en España. Dos besos bien dados te envío aposta y postalmente,

Postdata:
No te adjunto emoticono feliz, porque todavía no se han inventado.


Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Jean Béraud. (France  12-1-1849/1936)

4 comentarios:

  1. Si que es verdad lo de escribir se te da muy requetebien. Cada dia mejor. Muy interesante la carta. Un abrazo

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  2. He tenido que aprender, porque no tengo "escribidora"...
    Gracias, Celia.

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  3. Genial!! Me ha encantado Ángel, qué imaginación, talento y arte tienes. Cada día me siento más afortunado y orgulloso de tener una hermana como tú, con esa capacidad de transmitir todas tus emociones y sabiduría. Un fuerte abrazo y que tengas un feliz final de lunes.

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    1. Muchas gracias, David. Muy grandes palabras para una persona tan pequeña como soy. Sé que nacen del cariño. El orgullo es mutuo. Un abrazo

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