Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

15 ago 2017

EL AYER NO ES REAL

No te entristezcas, amado amor, el ayer es pura ficción.
Mientras el mañana es fantasía.

Nosotros vivimos fuera del tiempo, porque somos aves de eternidad.
Y mientras ese latido siga fusionando nuestros corazones en uno solo,
tampoco la distancia existirá.

No sufras, amado amor. El ayer no es real pero nuestro amor sí lo es.
La felicidad es patrimonio de los locos que creen en la magia,
como nosotros.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Nara Noïan-Hier encore. 

3 comentarios:

  1. Es bellísimo Ángeles. Yo creo en el hoy, en el ahora, el pasado son recuerdos, el futuro no existe.

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    1. Así es. Es el presente nuestra realidad.
      Gracias por comentar, Manolo.

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