Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

24 oct 2014

LA COLECCIONISTA DE BESOS (1)

Hay un REFUGIO donde no hay provisiones; alimentos ni bebidas, ni siquiera un lecho para reposar de la rutina… Se va con lo puesto y todo se lleva puesto. En ese refugio, sin paredes, se esperan ambos… se encuentran.

Él acude allí, cuando se siente cansado del tedio, solo, vacío o cuando la extraña… Ella cuando necesita algún mimo de su amado.

A veces coinciden, a veces no.

En ese refugio, no hay más víveres que esos silencios y esa ventanita blanca, en donde él va depositando sus ósculos, para que ella los recoja. Todos los guarda para su infinita colección. Y no tiene ninguno repetido, con lo cual, no necesita intercambiarlos con nadie.

Perdón, ha escuchado algo… Cree que ha caído otro beso…
Ha abierto el chat. Va a recogerlo.

(Todos son míos… nuestros.)

Ángel Córdoba Tordesillas ©

10 comentarios:

  1. El amor en los tiempos del Chat. Me encanta. Un beso enorme, electrónico y sincero.

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    1. Gracias por tu comentario, Javier. Son los amores actuales y... actualizados. Otro beso que te deposito en esta ventanita mágica.

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  2. Refugio ilimitado en el que cabe todo y todo puede salir de él... como este precioso minirrelato.

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    1. Así es, Francisco. Todo cabe, cabe todo... en esa pequeña ventanita a través de la cual se puede pasar a otra dimensión. Gracias por tu comentario.

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  3. Fátima Reyes García24 de octubre de 2014, 23:26

    Qué delicia Ángel...es tierno,especial y...¡tan real!

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    1. Cuánto me alegra que te haya gustado, Fátima. Gracias por comentar.

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  4. Que homenaje tan bonito a este mundo virtual que habitamos y en el que vamos descubriendo emociones hasta ahora desconocidas para nosotrso. Me ha encantado, y me he sentido tan cerca.....

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    1. Así es, Susana. Las nuevas tecnologías nos están permitiendo descubrir una dimensión desconocida de nuestras propias emociones. Inimaginable hace años... Finalmente los de nuestra generación, no solamente nos estamos sabiendo adaptar a estos tiempos sino que los estamos viviendo con todos nuestros sentidos y nuestra sensibilidad. Muchas gracias por tu comentario.

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  5. Fátima Reyes García15 de noviembre de 2014, 0:30

    Muuuuuakiss!!

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    1. ¡Hale, otro beso para la colección!... Éste va para el cajón de "los amigos".

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