Los amores fácticos se vuelven ficticios.
Se dispersan en el aire,
convirtiéndose en polvo estéril,
en vagos recuerdos y en soledad.
Se escapan entre los dedos,
como arena de la playa,
regresando a la nada, de donde vinieron
Se diluyen en millones y millones de lágrimas…
Se extinguen como los fuegos apagados,
de los que sólo quedan rescoldos.
El tiempo los devuelve
al mundo de los sueños…
APRENDÍ A AMAR SIN POSEER.
A poseer sin objeto poseído, sin pertenencia;
que es la forma más pura de amor.
Plena de libertad, de dicha, de verdad…
A dejar marchar antes de sostener,
a renunciar a lo que aún no se fue…
A pintar la pieza que faltaba,
en los puzzles con los que jugaba.
A desnudar al sentimiento, con la esperanza
APRENDÍ A AMAR DESDE MI JAULA.
Porque un corazón vivo,
jamás puede sentirse preso.
Algunos lo llaman miedo.
Otros lo llamamos… evolución.
Déjame amarte lejos…
Sin apegos
y desde mi jaula.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Dibujo realizado con estas gafitas que Dios me ha dado. |
Aprendiste las más difíciles de las lecciones y te doctoraste en amor. Tu corazón nunca estará prisionero en esa dulce jaula de Modigliani... made in Ángel de Amor.
ResponderEliminar...Desde esta apartada jaula, donde más puras mis gafitas brillan y se respira mejor...
EliminarGracias por tus palabras, Francisco. Seguimos aprendiendo, aún sin buscarlo...
Creo que sabías que me iba a gustar y has acertado.....¡¡me parece buenísimo!!. Y ese dibujo....
ResponderEliminarMe alegro mucho. A ver si voy mejorando... Gracias Arantza.
EliminarEs una preciosidad Ángel, me emociona hasta el tuétano. Y el dibujo perfecto.
ResponderEliminarGracias por tu comentario a este poema. Bienvenido a mi nube, Manolo. Mis gafitas te seludan.
EliminarY yo saludo a tus gafitas, se está bien en tu nube.
ResponderEliminarSe está bien en ella porque acude gente como tú. Siempre habrá un rinconcito en ella para ti. Gracias.
EliminarMe has dado de lleno Ángel,como me identifico en ese bellísimo poema!!...y el dibujo es sencillamente encantador.
ResponderEliminarNo me sorprende nada, amiga, que te identifiques con lo que recita el poema, pues tengo la impresión de que tenemos muchas cosas en común, además del amor por la poesía. Gracias, Fátima.
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