Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

12 oct 2014

APRENDÍ A AMAR

APRENDÍ A AMAR EN LA DISTANCIA.
Los amores fácticos se vuelven ficticios.
Se dispersan en el aire,
convirtiéndose en polvo estéril,
en vagos recuerdos y en soledad.
Se escapan entre los dedos,
como arena de la playa,
regresando a la nada, de donde vinieron
Se diluyen en millones y millones de lágrimas…
Se extinguen como los fuegos apagados,
de los que sólo quedan rescoldos.
El tiempo los devuelve
al mundo de los sueños…

APRENDÍ A AMAR SIN POSEER.
A poseer sin objeto poseído, sin pertenencia;
que es la forma más pura de amor.
Plena de libertad, de dicha, de verdad…
A dejar marchar antes de sostener,
a renunciar a lo que aún no se fue…
A pintar la pieza que faltaba,
en los puzzles con los que jugaba.
A desnudar al sentimiento, con la esperanza

APRENDÍ A AMAR DESDE MI JAULA.
Porque un corazón vivo,
jamás puede sentirse preso.

Algunos lo llaman miedo.
Otros lo llamamos… evolución.

Déjame amarte lejos…
Sin apegos
y desde mi jaula.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


Dibujo realizado con estas gafitas que Dios me ha dado.

10 comentarios:

  1. Aprendiste las más difíciles de las lecciones y te doctoraste en amor. Tu corazón nunca estará prisionero en esa dulce jaula de Modigliani... made in Ángel de Amor.

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    1. ...Desde esta apartada jaula, donde más puras mis gafitas brillan y se respira mejor...
      Gracias por tus palabras, Francisco. Seguimos aprendiendo, aún sin buscarlo...

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  2. Creo que sabías que me iba a gustar y has acertado.....¡¡me parece buenísimo!!. Y ese dibujo....

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  3. Es una preciosidad Ángel, me emociona hasta el tuétano. Y el dibujo perfecto.

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    1. Gracias por tu comentario a este poema. Bienvenido a mi nube, Manolo. Mis gafitas te seludan.

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  4. Y yo saludo a tus gafitas, se está bien en tu nube.

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    1. Se está bien en ella porque acude gente como tú. Siempre habrá un rinconcito en ella para ti. Gracias.

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  5. Fátima Reyes García15 de octubre de 2014, 20:37

    Me has dado de lleno Ángel,como me identifico en ese bellísimo poema!!...y el dibujo es sencillamente encantador.

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    1. No me sorprende nada, amiga, que te identifiques con lo que recita el poema, pues tengo la impresión de que tenemos muchas cosas en común, además del amor por la poesía. Gracias, Fátima.

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