Cálida compañía...
para las noches.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Brazos que salvan distancias y envuelven con tanto calor como luz. Afortunada conjunción de imagen poética con poema imaginativo.
ResponderEliminar¿Qué mejores brazos que los de la luz, clara, luminosa, resplandeciente, para descansar entre ellos?...
EliminarGracias por tu comentario, Francisco. Un abrazo... de luz.
Me encanta!!
ResponderEliminarGracias, Fátima.
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