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Magnífica restauración hecha por Susana García de Leániz. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Manos la mayoría de las veces anónimas que ensalzan la firma de otras valiosas manos.
ResponderEliminarQue nos hacen poder seguir disfrutando del arte en todo su esplendor, pase el tiempo que pase. Gracias a esas manos, gracias Susana.
Por esa misma razón, Arantza, para que se reconozca un poco más, la labor de la restauración; laboriosa y delicada, como nadie puede imaginarse, que no siempre está valorada ni remunerada.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Me encantó (como todo lo que escribes). Y me resultó inevitable recordar una canción de mis "tiempos de estudiante", que cantaba Umberto Tozzi: "A cosa servono le mani". La parte final, dice:
ResponderEliminar"A che a chi a cosa servono le mani bimbo mio
ti spiego anche se son bambino anch'io
le Mani sono il mondo l' universo
il tempo ritrovato il tempo perso."
Y, suscribo al italiano: las manos son el mundo, el universo, el tiempo recobrado, el tiempo perdido...
Beso enorme.
Qué bonita la letra de esa canción que has transcrito. Gracias por expresar, como siempre de tan peculiar manera, tu impresión. Tu beso, lo recibo en la mano, si te parece bien.
EliminarOtro beso, Javier.
Manos delicadas, manos suaves, manos que acarician otras manos. Es fantástico el trabajo de Susana, y una delicia tu dedicatoria.
ResponderEliminarNo sé si el trabajo de la restauración ayuda a tener unas manos suaves pero sí, desde luego, exige mucha paciencia y delicadeza, además de los conocimientos que requiere. Gracias, Manolo.
EliminarRestaurar obras de arte, con ésa maestría es todo un arte, manos que aman y miman...manos vinculadas a una sensibilidad exquisita, que Susana derrocha y se intuye aún de lejos.Precioso y merecido homenaje, Ángel.
ResponderEliminarMerecidísimo homenaje, Fátima. Susana lleva una vida entera dedicada a esta bella profesión que necesita mayor reconocimiento y más presupuesto para que se lleve a cabo con resultados tan brillantes como éste. Gracias por tu aportación.
EliminarGracias......tú bien lo sabes.
ResponderEliminarTe quiero! :)
Y yo a ti.
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