Que las frases hechas, a veces, nos descomponen.
Que los proverbios y refranes no tienen siempre el mismo final.
Que los dichos populares no siempre son sabios.
Que eso de que “las cosas se hacen bien o no se hacen” nos causa mucho dolor. En ocasiones, las cosas simplemente se hacen, y se hacen como se puede, y es ya un verdadero esfuerzo.
He aprendido, de la experiencia, que no siempre que se siembra se recoge. A veces se siembra, llega una tormenta de granizo y te has quedado sin cosecha. Se lleva todo lo que has sembrado y no tienes nada. Absolutamente nada. Es decir, cero. Así es. Entonces la aceptación es la única opción que no ocasiona daños internos ni colaterales.
Porque las expectativas nos llevan a la frustración. Lo que nos salva es la esperanza.
Ángel C. T. ©
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