Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

23 ago 2015

EN EL ARCA DE NOÉ

-Noé, tenemos un problema gordo.
-Dime, chiriflú…
-Resulta que una pareja de lagartijas escurridizas, otra de ratones colorados y una tercera de ardillas listas, dicen que no suben a bordo.
-A ver si utilizamos el arte de la persuasión con más arte… No sé qué haríamos tras el diluvio sin la presencia de estos animalitos. Personalmente, no es que me encante ninguno de ellos, pero órdenes son órdenes y se me ha pedido que salve a una pareja de cada especie. Venga, a trabajar. ¡Habrá que liarles con alguna tontería!
-Es que son tres especies muy agudas… no se les engaña con cualquier fruslería.
-Lo sé. Prometedles que estarán a salvo para toda la eternidad, por ejemplo.
-Dicen que no es suficiente… que se marean navegando y que solamente les compensaría el que no les faltase nunca el amor verdadero… para hacer un crucero con tanto riesgo.
-Sea pues. Que tengan amor sincero en sus vidas.
-Ahora dicen que también desean salud, tranquilidad y felicidad o no suben y se quedan en tierra firme.
-Está bien, pues decidles que siempre tendrán salud, tranquilidad, felicidad y lo que pidan por esas boquitas. No son listos ni nada estos ratones, ardillas y lagartijas… Todavía no ha empezado a caer ni una gota y ya han negociado duro… ¡Ay Señor!

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


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