-Dime, chiriflú…
-Resulta que una pareja de lagartijas escurridizas, otra de ratones colorados y una tercera de ardillas listas, dicen que no suben a bordo.
-A ver si utilizamos el arte de la persuasión con más arte… No sé qué haríamos tras el diluvio sin la presencia de estos animalitos. Personalmente, no es que me encante ninguno de ellos, pero órdenes son órdenes y se me ha pedido que salve a una pareja de cada especie. Venga, a trabajar. ¡Habrá que liarles con alguna tontería!
-Es que son tres especies muy agudas… no se les engaña con cualquier fruslería.
-Lo sé. Prometedles que estarán a salvo para toda la eternidad, por ejemplo.
-Dicen que no es suficiente… que se marean navegando y que solamente les compensaría el que no les faltase nunca el amor verdadero… para hacer un crucero con tanto riesgo.
-Sea pues. Que tengan amor sincero en sus vidas.
-Ahora dicen que también desean salud, tranquilidad y felicidad o no suben y se quedan en tierra firme.
-Está bien, pues decidles que siempre tendrán salud, tranquilidad, felicidad y lo que pidan por esas boquitas. No son listos ni nada estos ratones, ardillas y lagartijas… Todavía no ha empezado a caer ni una gota y ya han negociado duro… ¡Ay Señor!
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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