Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

23 ago 2015

MI AHORA

Estoy en el mundo por y para expresar lo que debo -y me debo- expresar:

Amor y Creatividad.

Cada persona, en su unicidad, sabe, conoce, siente, qué es aquello que vino a hacer aquí. Y por encima de los deseos de los demás, de las decepciones que podamos causar o envidias que podamos suscitar, es esencial seguir esa llamada o guía interior. El tiempo para hacerlo es limitado y cada segundo cuenta

Por esta razón, los juicios sobre los otros carecen de sentido. Conformémonos con no ser un obstáculo para que consigan sus objetivos y respetemos el convenio individual de cada cual con su alma, su libertad de decisión, su derecho a equivocarse o no, su ritmo, su proceso...

Por el momento sigo aquí, tratando de obedecer los dictados de ese guía interno. Cuando sienta que ya di todo lo que vine a dar, me iré. Ni un minuto antes ni un minuto después.

¿Y tu ahora, cómo es?

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


4 comentarios:

  1. Suscribo, querida Ángel: cada segundo cuenta. Beso enorme.

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  2. Los juicios sobre los demás son sin duda estériles, y los que otros puedan hacer sobre nosotros no nos debe influir porque solo nosotros sabemos cual es nuestro objetivo y debemos seguir el dictado de ese "guía interno". Sin desaprovechar ni una sola oportunidad porque el tiempo que pasa es irrecuperable.

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    1. Nada que añadir, Javier. Más claro no canta un gallo.
      Gracias por expresar tu pensamiento.

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