Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

9 ago 2015

LA PERFECCIONISTA

Mi respiración entrecortada,
por ese pensamiento obstinado
de creer que te fallaría,
antes o después,
que no era yo lo que buscabas.

"Niña, no te exijas demasiado
puedes dejar el collage a medias...
Tienes más paciencia que un santo
pero debes jugar con otras niñas".

Recuerdo las palabras que otrora
mi padre repetía,
y aún ahora se reiteran,
como ecos,
las verdades…
tal vez, amargas.

Perfeccionista, me llamaban,
quizás lo fuera, en mi empeño
por ser aceptada y querida.

Qué mal gusto dejó en mi boca,
el sabor de tus besos
imperfectos
porque amabas a otra…
y yo sin saberlo.

Pero ya no rindo homenaje
a la perfección.
No me seduce lo impecable,
estirado, deslumbrante…

Me fijo más en aquello
sencillo
que cautiva mi atención.
Un gesto amable,
una sonrisa de infante
u obras inacabadas
de autores desconocidos.

Algo con sentimiento
que me llegue a este corazón,
permanentemente,
en jornada
de puertas abiertas.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


4 comentarios:

  1. La perfección es algo inalcanzable por mucho que uno se esfuerce. Nos hicieron imperfectos... ¡¡por algo será!!.
    Además lo imperfecto es divertido y surrealista, y eso me encanta. Los don y doñas "perfectos" son aburridísimos.

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    1. Pienso igual que tú, Arantza. Ahora sí que soy perfectamente imperfecta y lo asumo con satisfacción. También me atrae más lo imperfecto y surrealista.
      Gracias por tu comentario, probablemente tan imperfecto como mi respuesta. Besos, amiguita.

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  2. Sin duda en la imperfección está la belleza, la versatilidad, Me declaro imperfecto hasta la médula y no pretendo alcanzar la perfección, solo coger un pedacito de felicidad aun pequeño. Es bellísimo tu poema, a mi me encanta.

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    1. Me parece que tu elección es de lo más inteligente, Manolo. La felicidad, un pedacito, o toda la posible, y a vivir que, como alguien dijo, son dos días...
      Gracias.

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