una promesa cierta de aprendizaje,
más o menos práctica.
En amores,
quizá no al instante.
Cuántas venturas y desventuras
se pueden encontrar
en los surcos
de las ilusiones nuevas.
A jirones, un corazón
aún esperanzado,
subiose a un carromato
cargado de palabras
hermosas, preciadas
y contenía las frases
que quería escuchar.
Venía cansado del pasado
y caminar apenas podía.
Yo te llevo,
le dijo aquél que lo conducía.
Muchos kilómetros han hecho,
ni prestados ni devueltos,
con acompasados latidos.
Los axiomas no dan consuelo
a los desconsolados.
Buen viaje,
si no compartimos destino.
Puedo bajarme aquí…
y seguir camino adelante.
Siempre uno está dispuesto
para las despedidas.
Y aún,
andar solo, puedo.
Al camino... no le temo.
Ángel C.T. 2014
Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. |
Es precioso este poema salido de la pluma etérea que guardas en tu nube. Caminante no hay camino....
ResponderEliminarGracias. Haciendo camino al andar vamos, Manolo.
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