“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Rara avis parece que sean los políticos honestos. Pero creo que muchos humildes alcaldes de pequeños pueblos, que no cobran un duro por dedicar su tiempo al ayuntamiento, podrían presumir, de lo que nadie debería presumir porque tendría que ser lo normal: de honestidad. No me extraña que tu político estuviese sometido a una fuerte presión emocional.
ResponderEliminarSolamente es un mini relato y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Seguro que existen políticos que son correctos como personas igual que hay personas que son políticamente correctas.
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