Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

27 abr 2015

SILENCIO

Conmemoración en el silencio.

Cuando ya no hay palabras que puedan ocupar
el lugar del recuerdo… silencio.

Cuando se despiertan las hojas trémulas
en una primavera
que finge ser otoño,
cuando se nubla el cielo en la tarde
y la voz se quiebra emocionada,
al contemplar un glorioso atardecer,
que pudiera ser el último…
silencio.

Mientras las almas buscan 
un rincón para descansar
y mecedoras del tiempo, se renuevan,
con el roce de lo eterno, suave,
que, felizmente, sobreviven
un día más, una tarde, una noche…
silencio.

Y en el silencio…
conjugaré mis versos, para este poema
que quiero dedicarte,
impregnado de un sentimiento
de color ocre y nostalgia.

Porque tú eres, en mi sueño, la nota romántica.
Ese dolor que me hace sentir viva, a menudo,
la dulzura de la lluvia de mis lágrimas.

Un día sin tu presencia 
es una eternidad innombrable…
si no es con este silencio que te regalo hoy,
sin esperar nada a cambio.

Amor, sabe a luz escuchar tu recuerdo
en el Silencio de Beethoven.


Ángel Córdoba Tordesillas © 


Siencio - Beethoven - Ernesto Cortazar _ Paisajes - Relax

No hay comentarios:

Publicar un comentario