Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

29 nov 2017

A MI PADRE

Ahora soy el silencio.
Ahora soy la paz.
He vuelto a la luz que me dio vida.
He vuelto a la esencia que me formó. 
Me he fundido con el aliento
que habitaba en mí. 
El amor del Padre
me ha acogido en sus brazos. 
Inmensamente bondadoso, 
inmensamente justo, 
inmensamente sabio. 
Ahora estoy en el viento, 
en la lluvia, 
en el amanecer.
Estoy en los corazones
de los que me amáis. 
Ahora, por fin, 
he encontrado el descanso. 
He vuelto al lugar de donde partí
y en donde estaremos reunidos
un día. 
No lloréis. 
Recordadme. 
Sentidme entre vosotros.
Ahora estoy en el silencio. 
Ahora soy libre. 
Ahora soy eterno.  

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

Escrito a la muerte de mi padre, para su recordatorio.

Hay días que son tristemente inolvidables.
Pero siempre se llevan en el corazón, mientras uno vive.
Uno de mis hermanos me pidió que escribiera algo en el recordatorio de nuestro padre.
Que lo tuviera listo para llevarlo a la imprenta un viernes; él partió el martes anterior.
Lo olvidé completamente, con la pena que tenía, pero la madrugada del viernes,
a eso de las cuatro, me desperté, repentinamente, y lo recordé: 
"¡Dios mío he olvidado hacerle la dedicatoria!".
Me levanté de la cama de un salto y me puse a ello.
Entonces me detuve a intentar sentir lo que mi padre me trasmitía.
Lejos de ser tristeza, era paz y alegría.
Él "estaba" bien.
Este poema fue inspirado por ese sentimiento que me regaló
en esas horas posteriores a su partida.
Hoy, comparto este recuerdo con vosotros, con todo mi cariño.
Que tengáis un buen día y una vida feliz.

(Breve biografía al pie de su foto de niño)



Rafael Córdoba Orejón: Periodista, escritor, poeta, guionista de radio, 
caricaturista, acuarelista y diseñador. 
Premiado por dos de sus novelas: El Ridículo y La Otra Herida.
Hombre polifacético y autodidacta, de gran talento. 
Trabajó como funcionario (Jefe de Prensa y, posteriormente, 
Jefe de Control del Personal) 
en la Diputación Provincial de Madrid.  
Nació en Villadiego (Burgos) el 9 de septiembre de 1923. 
Falleció en Madrid, el 29 de noviembre de 1988, de un tumor cerebral. 
Hijo de Lucila Orejón Meléndez (Osornillo-Palencia-2/7/1880) y Pascual Córdoba Pampliega (Burgos-17/5/1877), casados el 1 de agosto de 1906. 
Fue el menor de ocho hijos: 
Trinidad, Emiliano, Manuel, Nicolás, Santiago, Eloína y Milagros. 
Contrajo matrimonio con Ángeles Tordesillas Moreno y tuvieron seis hijos. 
Todos vivos en la actualidad. 

7 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias a ti, Celia, por entrar diariamente en mi nube que también es la tuya, ya lo ves.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Me ha encantado, querida Ángel. Este año murió mi padre, así que tu poema llega en un momento especial, por las fiestas que se acercan y que será la primeras Navidad sin mi padre.
    Por lo que escribes, se ve que tú padre fue un gran tipo.
    Te mando un beso enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siento mucho la muerte de tu padre, Javier. Es algo que siempre nos marca. Ya ves cómo se recuerdan estas fechas...
      Precisamente por eso, en esta ocasión y ojalá que me sirva de precedente, no quería vivir este día con tristeza sino con agradecimiento, por haberle tenido como padre y con alegría,rememorando los buenos momentos con él.
      Al final una se da cuenta de que la vida es algo tan fugaz que la mejor manera de homenajear a nuestros seres queridos, cuando se van, es disfrutar del tiempo que tengamos aquí, en este magnífico planeta, pero siempre con ellos en nuestro corazón.
      Un fuerte abrazo, Javier. Gracias por compartir conmigo este hecho importante de tu vida y por tus amable comentario hacia mi padre. Lo fue.
      Espero que la Navidad la pases de la forma más familiar y agradable posible.

      Eliminar
  3. Acabo de leer este blog, porque estaba buscando información de la familia Córdoba Orejón.
    Soy de Villadiego y los artículos publicados por Nano en el Diario de Burgos durante 1931 y 1933 son de un gran interés. Un saludo.
    Mi madre que todavía vive (98 años) se acuerda de Rafael Córdoba.

    ResponderEliminar