Especialmente cuando el que la inicia, sintiéndose tu enemigo, se empeña en serlo.
Ángeles Córdoba Tordesillas. ©
Fotografía de su autor. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Corto y conciso ! en este caso la rendición es la mejor opción ( esos empeños no son cosa nuestra ).Un beso Ángeles.
ResponderEliminarAsí es, Joaquina. En absoluto tiene alguien que entrar en una guerra que nada tiene que ver con su vida. Pero hay personas que sienten necesidad constante de encontrar enemigos por algún lado; a todos ellos les diría que intentarán verse a sí mismos como amigos. Los enfrentamientos con los demás se acabarían.
EliminarUn abrazo.
Nuevamente estamos de acuerdo , tus reflexiones las hago mía y añado , que el peor enemigo en ese tipo de guerras es uno mismo .
ResponderEliminar¿Rendirse ante uno mismo sería vencerse a sí mismo?...
EliminarCon rotundidad no
ResponderEliminarBien.
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