Pero si te acercas con tu ruido a robarle,
el silencio no se deja.
Se vacía, se extingue, se esparce...
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Fotografía de su autor. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
El silencio que describes, es algo que va envolviendote y te sumerge en un amor, que deleita a cualquiera
ResponderEliminarEs un silencio protector que le lleva a uno lejos del mundo que le rodea.
EliminarSabes de lo que hablo...
Gracias por expresarlo tan bien.
Precioso poema y muy acertado comentario, Celia. Un beso para las dos.
ResponderEliminarGracias David. También me ha gustado mucho el comentario que ha hecho Celia.
EliminarUn beso.