“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Es un exitazo increíble, tal vez por eso consideremos que no nos merecemos tanto amor.
ResponderEliminarCreo que el amor sí nos lo merecemos siempre, en especial si es recíproco. A lo que me refiero, Manolo, es a que nos afanamos en la vida por conseguir pequeños o grandes éxitos y luchamos, nos esforzamos día tras día para lograr dicho objetivo y, en muchas ocasiones o en la mayoría, no lo obtenemos y sin embargo, no hacemos ningún tipo de mérito, para ser dignos de ese privilegio- el de ser padres me refiero-. Hay muchas personas que no tienen hijos y lo desearían y no se lo merecerían menos que nosotros. Cuidarlos, alimentarlos, quererlos, educarlos, ya sí que es mérito nuestro u obligación, pero eso es otra historia.
EliminarEste es un tema polémico y subjetivo y cada uno habla según su experiencia personal.
Gracias por exponer tu punto de vista según la tuya.
Me consta que eres un padre amoroso donde los haya.
Un hijo es algo maravilloso, sangre de tu sangre y se le ama toda la vida. No cuando nace, sino durante toda la gestacion. Hasta pronto
ResponderEliminarA veces es sangre de tu sangre y a veces no, pero igualmente es un hijo. Lo fundamental es que se le quiera y se le cuide.
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