con la suavidad de una pluma.
He ido colándome, sin permiso,
entre tus dedos,
como arena fina de la playa,
hasta cubrir tu suelo.
Para que pudiéramos caminar descalzos
a la orilla de nuestro océano.
Para pasear por el futuro y de la mano,
con confianza.
Rocé tus labios,
como una pluma juguetona,
y te hice volar conmigo
hasta las nubes y más allá.
No tuve que preguntarte nada.
Sentí que eras feliz
porque me lo miraban tus ojos.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
¡Hermoso Ángeles !La suavidad de una pluma es igual que un suave roce .....esos roces delicados que nos transportan al infinito cuando estamos enamorados y las palabras sobran porque lo que nos hace vibrar se desborda en una sencilla mirada sin más.......que une dos almas en una.....''el mágico poder del amor lo transforma todo con la suavidad de una pluma''.Besos!
ResponderEliminarEl amor es magia pura, es verdad, Joaquina. Cuánto alegría me da leer un comentario tuyo dentro de la nube. Muchas gracias por hacerlo, plumita-amiga.
EliminarPrecioso poema, lleno de la misma sutileza que alberga el roce con una pluma. Feliz martes Ángel, un abrazo.
ResponderEliminarVeo que te gusta la poesía en especial. Gracias por esa frase-halago. Feliz tarde para ti, David.
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