y carne de gallina.
Atrapa momentos inigualables,
sentimientos abandonados
en las calles del olvido.
Rescata de la nada, casi,
lo que no se puede encerrar en una caja.
Él lo guarda en la torácica
para cuidarlo con mimo
y que nadie pueda herirlo.
Frágil pero leal siempre.
Corazón con memoria
hasta de otros corazones.
Otros… de piel de alabastro
y amnésicos.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Corazón con otros corazones, me ha encantado. El mío y e tuyo están fundidos por la amistad.
ResponderEliminarAsí es, Manolo. Y por mucho, mucho, tiempo.
EliminarGracias.